"Despertarte con música, no es la mejor forma que existe, pero si además son marchas rusas, peor!!! Pero bueno, podría ser peor. Siempre te puede despertar la policía o un vecino roncador, así que no nos quejaremos. En el vagón hay una caldera de agua caliente (que más bien se parece a las tripas de cualquier nave de star wars) para que te hagas té, café o se la eches a la comida deshidratada que se puede comprar en los puestos ambulantes de las estaciones ¡¡qué gran invento el de la comida deshidratada: tallarines, puré de patatas... esa mierda está buena, además del embutido de rigor (jamón, chorizo) que se vino con nosotros y eso sí, siempre, pase lo que pase...
En cada vagón hay una "responsable" que cuida que todo esté en orden, limpia, te pone el microondas (de una micro cocina que hay) y puede ser tu mejor amiga o tu peor pesadilla. En nuestro caso, hemos triunfado. Se llama Natalia (Natasha) y es una mujer de unos 4o años a la cual no le falta una sonrisa en la cara. Ella nos dio unas jarras para cerveza bastante chulas, nos guarda la cerveza en el micro-frigorífico de la micro-cocina (pa tenerla fresquita) y se ocupa de que nuestro fotógrafo no se nos pierda en ninguna parada..."
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